domingo, 23 de agosto de 2015

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Hoy no. Hoy no me arrepiento. Hoy no miro atrás haciendo que mi pasado determine mi presente y, por consiguiente, mi futuro. Hoy no lloro por mis fracasos, por mis penas, por mis problemas. Hoy no permito que mis errores se conviertan en losas con las que tenga que cargar constantemente. Hoy no, hoy sí que no. Porque hoy lo veo todo de una manera diferente, de la manera que quizás debería haberlo visto hace mucho tiempo pero que mi corazón idiota se negó a hacer. Hoy sé quién soy. Hoy sé a quiénes quiero. Hoy sé que estoy tomando el rumbo correcto. Y es que hoy lo tengo todo más claro que ayer, aunque menos que mañana.  

Y es que hoy... hoy, al fin y al cabo, sonrío.

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